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El estreno más esperado de Netflix

La vuelta de “El Marginal” en una inesperada y certera cuarta temporada (1era Parte)

Cambio de penal, nuevos lideres y otros tantos desafíos que, en esta entrega, incluyen hasta giros de posible entorno sobrenatural: un argumento inesperado que crece trepidante capítulo a capítulo.

Por Fernando Quiroga
Especial para La Brújula 24
Miami, Florida, Estados Unidos.

Sostener cuatro temporadas de una serie exitosa, no sólo es en muchas oportunidades, una quimera para grandes productoras que operan en el streaming mundial. También lo es para el público, que reclama renovación, sorpresa, solidez argumental y proyección.

Cuando hace unos días tuve la oportunidad de ver la reciente y cuarta temporada de El Marginal, comprendí que el desafío de Sebastián Ortega, había sido muy alto, y al mismo tiempo satisfactorio. Estas son algunas consideraciones del porqué esta nueva edición es imperdible.

San Onofre ya no es el escenario; Puente Viejo es el lugar ficticio donde se teje esta trama; un extraño establecimiento legendario construido aparentemente sobre los cimientos del telúrico Puente Alsina, según declara su indómito director Galván, un dinosaurio carcelario brillantemente interpretado por Rodolfo Ranni. Para Gerardo Romano, la suerte no le fue ajena; en esta nueva entrega es Secretario de Seguridad de la Nación, cargo al que arribó con sus talentos pródigos en oscuridades varias.

Juan Minujín, en el personaje de Pastor o Palacios, según la verdad revelada, vuelve en tiempo real (los sucesos ocurren, cronológicamente, después de la primera temporada) se muestra en una madurez interpretativa sin par. Incluso es el eje de una búsqueda que, por primera vez, conecta la serie con elementos literarios de índole simbólica: todo un camino argumental apoyado en cierta versión de La Divina Comedia de Dante Alighieri, hallada en la biblioteca de la prisión, abre un interesante diálogo entre el espectador y el universo simbólico (extraña sorpresa en la mecánica discursiva de la serie).

Aún no he hablado de los personajes clásicos, los que llevan la trama, los inefables Hermanos Borges, Mario y Diosito (Claudio Rissi y Nicolás Furtado) y para ellos habrá un tratamiento especial en la segunda parte de este informe (al igual que para Luis Luque, quien encarna a Coco, un mesiánico mandamás inigualable). Pero si para algo esta nota debe servir, es para no dudar adentrarse en la oscura senda de esta cuarta temporada que, créanme que no exagero, para mi es la mejor lograda.

¿Y a ustedes qué les pareció?

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