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Crimen del hincha de Olimpo

Comienza el juicio: “Le pedimos a Dios y a nuestro hijo la fuerza para luchar”

Patricia y Sergio pasaron por los estudios de La Brújula 24 y palpitaron el inicio del debate. El recuerdo de aquel día, cómo recolectaron pruebas y el miedo de mucha gente a los barras.

Fotos Pablo Noir - La Brújula 24

Comienza hoy –hasta el viernes– el juicio por jurados por el crimen de Emanuel Castillo, el hincha de Olimpo asesinado en febrero del 2020 en la previa de un partido con Villa Mitre. El acusado es Lucas Javier Schwaner, a quien se le imputa el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por haberse cometido en ocasión de un espectáculo deportivo”.

Según surge de la investigación, entre las 20 y 20.30 de aquel día, sobre la calle Maipú al 1400, Schwaner realizó varios disparos de arma de fuego contra un grupo de personas identificadas con los colores del aurinegro, ocasionando así el fallecimiento de Castillo por el impacto de un proyectil en la región supraclavicular derecha.

Sergio Emanuel Castillo tenía 28 años.

Esta mañana, antes de dirigirse a Tribunales, los padres de la víctima pasaron por el estudio de LA BRÚJULA 24 y mantuvieron un mano a mano con el periodista Germán Sasso, en el aire del programa “Bahía Hoy”. Como desde un primer momento, manifestaron su necesidad de justicia.

Primero, su mamá, ¨Patricia, habló de sus sensaciones en la previa del proceso judicial. Y dijo que “se te vuelve todo, es revivir todo, es la primera vez que voy a entrar a un Palacio de Tribunales, no sé como es. Creemos que tenemos la fortaleza para enfrentar esto, le hemos pedido mucho a Dios y también a mi hijo porque sabemos que será duro, pero me siento con fuerza para luchar por justicia para mi hijo”.

“Muchos siguen teniendo miedo a los barras y no se animan a testificar”

Y agregó: “Tenemos muchas pruebas y todas incriminan a Lucas Schwaner. Desde el momento en que dejamos a mi hijo en el cementerio nos involucramos en la causa y sin saber nada nos pusimos a investigar. Nos metimos en los barrios difíciles buscando testigos, hubo mucha gente que se animó a hablar y nos avisaba a los celulares, pero también hay otra que sigue teniendo miedo de hacerlo”.

Sergio, por su parte, recordó que “todos nos indicaban quién era el que había disparado, había una coincidencia total. Salimos a caminar las calles para ver las cámaras, las encontré yo casa por casa preguntando. Miraba, las ubicaba y le preguntaba a la gente si andaban o no. Nosotros como familia nos propusimos buscar justicia porque a veces no alcanza con lo que se investiga. Es nuestra promesa hacia nosotros para quedarnos conformes con que hicimos todo”.

Más de los padres de Emanuel Castillo en La Brújula 24

Patricia. “No hubo día en que no piense cómo llegar a hoy habiendo hecho todo lo que estaba a mi alcance y más para que se haga justicia, para que las 12 personas que van a estar de jurado escuchen la verdad. Nosotros sabemos certeramente que Lucas fue el que mató a mi hijo, no tenemos ninguna duda”.

“Mucha gente nos pregunta qué va a pasar cuando lo veamos –al imputado-, pero no se si es un pacto que tenemos con mi esposo o nuestra ideología, pero yo estoy totalmente en contra de la violencia, siempre, y le pido a Dios cordura para soportar esa situación y mantenerme calma. Le pido a mi hijo que me guíe para soportar todo lo que se me viene y poder lograr la Justicia”.

“Yo tengo cuatro hijos y los chicos siempre me decían que él era mi preferido, era servicial, todo el mundo lo quería. Era una persona especial, era empático con la gente, nos daba en enseñanzas de vida. Él amaba Olimpo porque jugo ahí, pero no tenía dimensión de lo que iba a pasar, él vivía la vida feliz e iba siguiendo a su club”.

“En la comisaría sabían lo que había pasado, pero no nos querían decir”

“Ese día fue terrible, nos subimos al auto y escuché que había disturbios. Yo sabía que había un banderazo nada más. Llamé a Sofía y me dijo que lo llamaba y no atendía. Me fui corriendo y lo llamábamos, pero no contestaba. Agarramos el auto y nos fuimos a la Cuarta, preguntamos y ya sabían todos lo que había pasado, no nos querían decir. Nos mandaron al Penna, a la Segunda, al Municipal. Dos horas dando vueltas. Creo que tenían prohibido hablar las chicas, no nos podían decir nada, pero les mirábamos la cara y nos dábamos cuenta”.

Sergio. “Cuando volvimos a la comisaría de Villa Mitre le agarraron la mano a Patri, ahí nos dimos cuenta de todo”. “En la marcha se acercaban chicos muy especiales y decían que lo conocían, que decían que era su amigo. Era una marcha familiar. Querían decirnos eso, que era una persona especial”.

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