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Georgieva pide al G20 que ayude a aliviar la deuda de los países más vulnerables

El Fondo Monetario Internacional pidió este jueves a las economías avanzadas del G20 que extiendan y mejoren sus iniciativas de alivio de deuda a los países vulnerables y advirtió que muchas naciones pueden sufrir crisis más profundas sin esa ayuda.

“A pesar de las importantes medidas de alivio ante la crisis del COVID-19, alrededor del 60 por ciento de los países de bajo ingreso están en alto riesgo o ya tienen problemas de deuda. En 2015 ese número estaba por debajo del 30 por ciento”, dijo la directora gerente del organismo,  Kristalina Georgieva, en un artículo publicado en un blog del Fondo.

“Veríamos colapsos económicos en varios países si los prestadores del G20 no acuerdan acelerar restructuraciones de deuda y suspensiones de pago de la deuda mientras las reestructuraciones son negociadas”, dijo. Y añadió que es fundamental que los acreedores privados también ofrezcan ayuda.

Las palabras de Georgieva se enfocan primariamente en la deuda de los países considerados por el Fondo como más vulnerables, entre los que no se encuentra la Argentina, que es clasificada como de ingreso medio. Pero igualmente marcan la línea que la directora gerente alienta para los servicios de deuda.

La Argentina está renegociando en este momento 44.000 millones de dólares de un préstamo concedido en 2018 y busca extender los plazos de pago y también una baja en la tasa de interés. También busca que los países centrales le cedan sus Derechos Especiales de Giro que fueron recientemente asignados por el Fondo, sumándose así al reclamo de los países más vulnerables.

El sábado llega a Washington una misión de Economía y el Banco Central para avanzar las tratativas, mientras que a nivel político el Gobierno busca apoyo en las grandes potencias, con peso en el directorio del Fondo.

Georgieva hizo hincapié en que la llamada Iniciativa de Suspensión de Servicios de Deuda (DSSI) del G20, que está enfocada en los países más vulnerables, expira a fin de año y, sin una renovación, varias naciones podrían enfrentar presiones financieras y cortes en el gasto justo cuando nuevas variantes del Covid se esparcen por el mundo y cuando se espera que las tasas de interés se eleven, señaló.

Desde el inicio de la pandemia, los países de bajo ingreso se han beneficiado de algunas medidas para aliviar los embates económicos. El G20 puso en marcha el DSSI para pausar temporalmente los pagos oficiales de la deuda a los países más pobres, seguido del Marco Común para ayudar a estos países a reestructurar su deuda y hacer frente a la insolvencia y los problemas prolongados de liquidez.

La comunidad internacional también amplió su apoyo financiero, incluidos los préstamos de emergencia récord del FMI y 650.000 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro, de los cuales 21.000 millones fueron a las arcas de los países más vulnerables.

Sin embargo, “los desafíos de la deuda presionan y la necesidad de acción es urgente. La nueva variante Omicron es un claro recordatorio de que la pandemia estará entre nosotros por un tiempo”, dijo Georgieva en el blog, en un artículo firmado también por Ceyla Pazarbasioglu, otra funcionaria del Fondo.

“Se necesita una acción multilateral decidida ahora para abordar la desigualdad de las vacunas a nivel mundial y también para apoyar la resolución oportuna y ordenada de la deuda. Por su parte, el FMI está dispuesto a trabajar con el Banco Mundial y todos nuestros asociados para ayudar a garantizar que el marco sea útil”, dijo Georgieva.

Dados los problemas con el programa de alivio de la deuda y el marco común para negociar con los prestamistas privados, solo tres países han pedido ayuda (Chad, Etiopía y Zambia) y han enfrentado “atrasos importantes”. Georgieva busca que el G20 renueve el mecanismo y aliente a más países a sumarse.

Fuente: Clarín

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