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en la periferia de la ciudad

Más de 100 alumnos del Don Bosco dieron una mano en la construcción de viviendas

Chicos de quinto y sexto año, con edades entre 16 y 18 años, apoyaron en distintos trabajos durante dos semanas, junto con profesores de la institución.

Un proyecto que nació en 1994 en el Colegio Don Bosco reeditó este año su labor en la ciudad luego de una pausa obligada por la pandemia y más de 100 alumnos dieron una mano a familias de barrios periféricos de Bahía en la construcción de viviendas.

Chicos de quinto y sexto año, con edades entre 16 y 18 años, apoyaron en distintos trabajos durante dos semanas, junto con profesores de la institución.

“Este proyecto lo empezamos en 1994 cuando un grupo de egresados pensó un viaje distinto a la cordillera neuquina y todos los años que se venía haciendo. El año pasado no pudimos viajar, pero a principios de este año, con ciertos niveles de presencialidad, se pensó en hacer algo acá”, comentó Diego Donato, coordinador de la actividad, en el programa Nunca es Tarde, que se transmite por La Brújula 24.

Detalló Donato que “fue tomando forma con el correr del año. Es una experiencia voluntaria de los alumnos de los dos últimos años. Se anotaron 170 chicos y un montón de profes para acompañar. Fue como un proyecto muy ambicioso y quedamos muy contentos por los resultados. Para nosotros tiene como una doble importancia: para quienes reciben esta mano y a los chicos, porque esta experiencia los ayuda a tener una mirada diferente, una sensibilidad distinta”.

Las labores se desarrollaron durante dos semanas y abarcaron 15 proyectos. “Todos tienen que ver con levantar paredes, en una casa una piecita completa desde los cimientos al techo de una mama que vivía con cinco chicos en una ranchito de chapa; un contrapiso a una familia con muchos chiquitos. Casi todo tenía que ver con una ayuda concreta, porque nos propusimos que fueran cosas que comencemos y terminemos”, agregó.

Una de las alumnas participantes fue Pilar, quien resaltó que esta experiencia le permitió “ver cómo es la realidad de otros. Aceptar otras realidades, ver de tan cerca cómo viven otras personas, te deja con ganas de seguir ayudando. Ver a las familias tan agradecidas con nosotros te moviliza”.

Por su parte, Susana Sartuqui, directora del Colegio Don Bosco, agregó que los participantes “se pusieron el sueño de Don Bosco en la espalda y a la hora de la entrega no han tenido límites. Desde la mañana temprano han estado trabajando en los barrios en una experiencia sumamente enriquecedora y obviamente con la gente del barrio, muy movilizados y felices por lo logrado”.

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