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INFORME ESPECIAL

Meditación en Bahía: una de las pocas actividades que le ganó a la pandemia

El cuidado de la salud mental empieza por casa. Especialistas de la ciudad aportan una serie de tips para entender que con un simple ejercicio de respiración se puede superar el estrés.

Por Leandro Grecco / [email protected]
Instagram: @leandro.grecco – Twitter: @leandrogrecco

Es habitual que los bahienses presten especial atención a la alimentación y la actividad física para sentirse más saludables. Sin embargo, no son muchos los que pongan énfasis en la meditación como una herramienta para alcanzar el bienestar mental y conectarse con uno mismo, en un plano de calma interior.

Uno de los máximos desafíos que afronta la población mundial es reducir el nivel de estrés y ansiedad. Estas sensaciones de agobio le abrieron las puertas a una disciplina tan milenaria como efectiva: la meditación. Una actividad que fue ganando terreno y voluntades en Bahía Blanca.

La meditación nos ayuda a que mejoremos la visión que tenemos de nosotros mismos, logrando que también tengamos una mirada de la vida más positiva. Esto influye a la hora de disminuir el riesgo de padecer otro tipo de enfermedades, como la depresión, pero también otras de carácter cardiovascular, porque reduce la presión arterial. Además se ha demostrado que merma la intensidad de los procesos dolorosos e inflamatorios.

Asimismo, meditar de forma regular puede ayudarnos a mejorar la memoria, a tener una mayor capacidad de aprendizaje, así como a aumentar nuestra facultad de atención y concentración. Nos hace también estar más presentes en el momento actual y dejar de actuar en ‘autopiloto’, siendo más conscientes de cómo nos movemos, cómo nos sentimos y cómo reaccionamos ante situaciones o conflictos.

La Brújula 24 propone en esta oportunidad conocer la coyuntura de esta práctica en la ciudad, que en pandemia logró sortear la imposibilidad del encuentro interpersonal para darle paso a una espiritualidad remota que conectó al mundo entero con un mismo objetivo: alcanzar la paz interior tan anhelada en los tiempos que corren.

“El Arte de Vivir” se impone en momentos de crisis

Andrés Larrere es uno de los más conocidos instructores de la fundación “El Arte de Vivir”, una ONG humanitaria educativa, sin fines de lucro, fundada en 1981 por Sri Sri Ravi Shankar. Su trabajo en más de ciento cincuenta países está enfocado en el manejo del estrés y en las iniciativas de servicio para el bienestar de la comunidad. Al momento de tomar contacto con la redacción de este diario digital, puso a disposición todo lo aprendido y que transmite diariamente a modo de enseñanza.

“El impacto de la pandemia en la espiritualidad fue muy grande. Si una persona tiene un accidente o una enfermedad y lo supera, tiene un cambio rotundo, tiende a enojarse menos. A veces vivimos como si nunca fuéramos a morir, corremos detrás del trabajo, nos enojamos por pavadas y no podemos disfrutar. La pandemia nos enseñó que hoy estamos y mañana no, nos llevó a preguntarnos qué vamos a hacer con el tiempo que nos queda. En El Arte de Vivir miles de personas se conectaban para meditar y hoy aún lo siguen haciendo con mucho compromiso”, resaltó Larrere.

Con relación a diferentes creencias que circulan en torno a esta terapia alternativa, indicó que “no puedo decir que sea indispensable tomarse unos minutos para meditar. Hay algunas personas que practican actividades como yoga y se sienten en un estado ideal. Si uno se pone a razonar dónde está nuestra mente, va a encontrar que está en el pasado o en el futuro. El momento en el que uno puede enfocar el presente, mirando el paisaje, el mar o simplemente a un ser querido, logra que la mente esté en el aquí y ahora”.

“Eso es meditación, instantes que pueden ocurrir todos los días, llegando a un estado sin esfuerzo. Simplemente uno se sienta, con la espalda derecha para no dormirse y vive una experiencia profunda. Es un descanso maravilloso. Yo recomiendo probarlo, es un ejercicio para la mente que vive de preocupaciones. Bajar un cambio a partir de las herramientas de respiración permiten cortar con la vorágine y relajarse”, recalcó durante otro segmento de su testimonio.

Larrere ponderó que “hay algo maravilloso en El Arte de Vivir que es una especie de membresía para respirar juntos. Existen muchos horarios, más allá de lo importante de hacer el curso previamente. La tecnología permite poder elegir el horario que uno quiera, a partir de la plataforma virtual que facilita la tarea. Se conectan personas de distintos países de Latinoamérica, lo que enriquece la actividad”.

“Ahí uno se da cuenta de que todos estamos pasando por el estrés que implica el uso indiscriminado de redes y el consumo de noticias. Bahía Blanca tiene un handicap por ser una ciudad más chica, con campo y mar alrededor, eso la favorece en relación a Capital Federal. En el fondo, todos tenemos los mismos problemas, más allá del lugar del mundo donde uno reside. Eso es lo que nos une y nos permite trabajar para estar mejor”, manifestó a partir de su rica experiencia personal quien tiene línea directa con la reconocida Beatriz Goyoaga, quien encabeza el movimiento a nivel nacional.

En paralelo, graficó la actualidad y la importancia de como se dice popularmente “parar la pelota” para poder mirar en perspectiva: “Vivimos gran parte de la vida en automático, corriendo de un lado al otro y enojados. La propuesta es disfrutar de esos pequeños momentos en el presente, que son muy pocos. Para poder participar hay que tener solo dos pulmones porque es increíble cómo solo oxigenando las células se puede dejar tranquila la mente”.

“El Sudarshan Kriya es una técnica que para poder hacerla se necesita una preparación previa, es la que más limpia y armoniza el cuerpo”

“El Arte de Vivir está al mando de voluntarios y no hay una estructura que te ordene hacer determinada cosa. Lo conocí hace doce años, me ayudó muchísimo en uno de los momentos en los que más estrés tenía. Nadie me impuso nada y desde hace cuatro años soy instructor porque quería compartir esto con los demás. No existe ninguna persona que me maneje, más allá de una fundación que determina normas a seguir. Cada uno tiene su trabajo, su color de piel, religión y todos confluímos en el mismo lugar, nos une la necesidad de estar un poquito mejor”, concluyó Larrere, entusiasmado por el próximo curso denominado Happines Program y que se va a dictar a fines de noviembre.

La pandemia para fomentar el autoconocimiento

Viviana Elizabet Medina es una profesora bahiense de yoga biotántrico e integral, instructora para niños y en meditaciones, además de maestra de Reiki y Registros Akashicos. Trabaja diariamente en Punto Fitness y también se prestó amablemente para dejar sus conceptos a La Brújula 24, a partir de la necesidad de generar conciencia sobre el valor de dedicarle unos minutos diarios a la introspección.

“Hace aproximadamente diez años que me inicié como instructora de meditación y fui incursionando en distintos métodos, pero hace siete me encontré con la ley del desdoblamiento del tiempo y la lógica global convergente, por lo que yo no me podría definir como una buscadora, sino que desde niña, la realidad me fue poniendo recursos, personas, sincronicidades qué me fueron guiando hacia el camino de la espiritualidad y del autoconocimiento”, analizó al evaluar su recorrido en la materia.

Simultáneamente ratificó que “con todos estos recursos pude armar este método basado en meditaciones que nos permiten explorar los distintos planos de conciencia y también nos permiten comprender qué estamos operados por un programa qué hace que pensemos, actuemos y reaccionemos ante las distintas situaciones de la vida siempre del mismo modo y en repetición”.

“Vivimos en un círculo de repetición de situaciones; hay algo de nosotros que no podemos ver y la vida nos pone distintos desafíos para que de a poco podamos entender cuál es el programa con el que estamos respondiendo”

“En ‘meditación para expansión de la conciencia’ lo que buscamos es sacar nuestra mirada del mundo exterior y dirigirla hacia nuestro interior, empezar a hacernos preguntas trascendentales tales como qué es lo que hace que nuevamente se me repita esta situación y por qué otra vez tengo que pasar por esto”, recalcó con el énfasis que solo una apasionada por lo que hace puede lograr.

No obstante, Medina añadió que “solamente podemos dar respuesta a estas preguntas cuándo viajamos muy profundamente a nuestro interior y podemos ver con que programa nos estamos moviendo entonces entendemos que lo que está fuera de nosotros y que aparece como un desafío, llega a nuestra vida para resolvernos, en este ‘darme cuenta’ es cuando se produce la iluminación y desde el campo cuántico no llega la información qué nos permite cambiar nuestra forma de actuar y de ver la vida”.

“Cuándo entramos en estado meditativo viajamos desde el mundo exterior, el de la materia, hacia el interior de nuestro cuerpo y allí nos encontramos con nuestra parte abstracta, entonces nos damos cuenta que somos espíritu habitando un cuerpo físico y haciendo una experiencia concreta en este espacio tiempo y desde él podemos conectarnos a los planos superiores. E incluso llegar a esa conexión con la misma fuente fundamente, porque somos una porción de ella, cuándo se logra esta conexión y este intercambio es cuándo podemos cambiar la percepción y la realidad y así salir de la repetición de situaciones”, sostuvo, consultada sobre la especificidad de la práctica.

“En Bahía Blanca existe un gran interés por incursionar en el mundo de la espiritualidad, en particular en el yoga y la meditación”

Sobre lo que vivencia a diario en su lugar físico de encuentro, la instructora confirmó que “Desde nuestro espacio y durante todo el año, ofrecemos nuestros talleres de meditación a los que se suma mucha gente que tiene un inmenso deseo de generar un cambio profundo interno”, al tiempo que agregó que “otra de las prácticas que incorporamos este año es la ‘Activación del Cristo cósmico’, un hermoso ciclo que se suma al que realizamos dos veces al año y es una meditación muy convocante: el yoga nidra. Esta es una práctica milenaria, de la tradición tántrica y consiste en entrar en un profundo estado meditativo”.

“Para quienes quieren iniciarse en la meditación, en esa conexión interna, de una manera simple y sencilla, pueden comenzar observando la respiración, haciéndose conscientes de esa respiración, siguiendo mentalmente el recorrido del aire en el interior, salir de la modalidad automática de respirar y de estar con la mirada puesta en el mundo externo, cada vez que la mente traviesa intente escaparse traerla nuevamente a la respiración, al aquí y ahora, a ese punto neutro en el que encuentro el equilibrio”, aconsejó Medina.

Sobre estos más de 18 meses en los que se extremaron los cuidados por el Covid-19, admitió que “la pandemia fue un recurso más que nos dio la realidad para que podamos iniciar este proceso de autoconocimiento, nos marcó un límite, un desafío y para quienes pudieron aprovecharlo fue muy beneficioso, el mismo apriete que no generaba el encierro nos permitió conectarnos con nuestro interior y desde allí a este mundo abstracto qué es el que nos brinda novedades, nuevas ideas, que nos permitirán aprender a vivir de una manera diferente. Cuántas personas se reinventaron en esta pandemia se preguntaron de dónde venían las ideas para generar nuevos proyectos”.

“Simplemente con sentarnos un minuto y preguntarnos: ahora qué hago y conectarnos a nuestro espíritu y a la fuente fundante, llegaron estás ideas qué nos permitieron esta nueva forma de vida que no tiene que ver con sobrevivir, es por eso que mucha gente sin saber siquiera de qué se trataba la meditación pudo hacer esa conexión con su interior, la meditación es simplemente esto, aprender a conectarme con mi parte abstracta y darme cuenta que soy parte de esa fuente fundante, todo lo que necesito puedo tenerlo, solo tengo que aprender a establecer este vínculo”, finalizó.

Más allá de los detractores que puedan existir, o cierto escepticismo, está comprobado que estos programas han ayudado a millones de personas alrededor del mundo a superar tensiones, depresiones y emociones negativas, siempre pregonando la paz. Si como lector llegaste hasta acá, seguramente algo en la fibra íntima se habrá movilizado para reflexionar y sacar conclusiones sobre el aquí y ahora.

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