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informe especial

Cuenta regresiva para la temporada alta de mascotas en riesgo

La dañina irrupción de la pirotecnia en las Fiestas. El dilema de llevar al perro a las vacaciones familiares. Los efectos adversos ante los golpes de calor. Y la óptica de los expertos en cada una de las temáticas.

Por Leandro Grecco, redacción La Brújula 24
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Cualquier ser humano al que le corra sangre por las venas y tenga un mínimo de sensibilidad captará el sentido de este artículo. Porque son ellos, gracias a Dios una abrumadora mayoría, quienes asumen responsablemente el cuidado de sus mascotas, a partir del vínculo que se establece y solidifica con el paso del tiempo con ese amigo fiel e incondicional que da sin esperar recibir a cambio.

Claro que los animales domésticos no poseen las mismas cualidades que sus amos. Sin embargo, son tan queribles que ocupan un lugar de privilegio en el corazón de quienes les ofrecen un hogar, alimento y un cuidado saludable como si se trataran de un integrante más de la familia. Si hasta les asignan nombres y participan de las actividades individuales y colectivas de cada uno de los integrantes del seno hogareño.

Diciembre suele ser para ellos un mes traumático. Quizás no tengan noción del tiempo, o tal vez asocien el final del año y el verano con fechas donde, en muchos casos, se altera el ritmo habitual, siempre por acción de las personas que, consciente o inconscientemente asumen actos que pueden causar daños de distinta consideración, algunos de ellos irreparables y que hasta rozan con el delito.

La Brújula 24, en esta ocasión, pone la lupa en ellos: perros, gatos, canarios, hamsters o cualquier especie que encuentre en el calor de la vivienda un lugar propicio para disfrutar de la vida. No obstante, esta fecha puede perturbarlos. En este informe, conversaremos con especialistas para desglosar el real impacto de la pirotecnia que suele utilizarse en las Fiestas, la difícil decisión de llevar a un animal a vacacionar lejos de casa y la necesidad de mantenerlo hidratado frente a las temperaturas extremas.

Las fobias, daños colaterales de los estruendos

Maximiliano De Luca es un conocido médico veterinario bahiense (MP: 13.253), especialista en diagnóstico por imágenes y que cuenta con una vasta experiencia en la atención médica animal. En su charla con este diario digital, abordó todas las temáticas expresadas con anterioridad, haciendo valer sus conocimientos y brindando una serie de recomendaciones que pueden contribuir para echar luz sobre aspectos en los que es frecuente “tocar de oído” y utilizar el sentido común, no recomendable cuando analizamos el comportamiento de las distintas especies.

De Luca comenzó evaluando la situación clínica de las mascotas: “Tienen mayor agudeza auditiva y no cuentan con la capacidad de racionalizar el por qué de los ruidos tan fuertes y repentinos. Lo que genera en el animal un estado de ansiedad y miedo que, si se hace repetitivo, lleva a la fobia. Esta conducta hacia los ruidos extremos generalmente comienza al año de vida del perro y cada vez que entra en contacto con el estímulo, se agrava”.

El miedo a los ruidos de los fuegos artificiales genera la activación de ciertas hormonas que provocan taquicardia, salivación, micción, defecación, llegando a producir en perros epilépticos una convulsión. En aquellos que padecen alguna enfermedad cardíaca, una arritmia y hasta la muerte de la mascota. Otra consecuencia que generan los ruidos a altos decibeles es desorientación. Allí, el animal no mide los peligros y puede, si está suelto, ser atropellado o lastimarse con cualquier elemento del hogar”, recalcó el profesional que se desempeña en la clínica ubicada en la esquina de Terrada y Gorriti, en otro segmento de la entrevista con este medio.

Y luego expuso su mirada con relación a una práctica que ha ganado adeptos, aunque debe ser asumida con cierta responsabilidad, como es el suministro de fármacos: “En cuanto a la medicación sedante para la pirotecnia, no resulta recomendable porque como la palabra lo dice, seda a la mascota y produce una incoordinación motora, pero no evita que salga de su estado de ansiedad, lo que agrava su fobia. Se sugiere, en estos casos, colocar al animal en una habitación segura, para que no se golpee, donde el entorno tenga música relajante y, si se esconde en algún sitio de ese ambiente, dejarlo ahí hasta que culmine la situación nociva para su salud”.

“Nuestras mascotas requieren de afecto y contención. Evitar atarlos porque se pueden lesionar. Identificarlos con una medalla por si se escapan”, recalcó, al tiempo que a posteriori evaluó una de las consultas más frecuentes que recibe: Desde el punto de vista sanitario, tanto si viaja con nosotros o si acude a una guardería, debe tener su libreta sanitaria al día con relación a las vacunas. En el caso del perro la séxtuple, antirrábica, contra la tos de las perreras. En gatos la triple felina y antirrábica. Y las dosis de los antiparasitarios tanto externos por el riesgo de las enfermedades que transmite el vector (garrapatas y pulgas) como internos”, sintetizó.

“Si la mascota viaja, hay que tener en cuenta que esté acostumbrado a largos viajes en vehículos para que no sufran ataques de ansiedad o vómitos y que esté socializada”

Frente a ello, planteó diferentes escenarios: “En caso de que el animal sea llevado a vacacionar en auto, debe ubicarse en el habitáculo con el cinturón de seguridad colocado, o en su defecto, con transportadora. Si se lo aloja en guardería, los propietarios deben confiar ciegamente en ese lugar, para eso nunca está de más pedir referencias previas, conocer el espacio físico donde permanecerá, chequear que los animales no estén hacinados, ni en sitios con pocos cuidados sanitarios o de higiene. En tanto, si la decisión es que permanezca en el domicilio, procurar que conozca a la persona que lo va a asistir. Y que ésta no lo deje solo las 24 horas, ni altere su rutina”.

Por último, De Luca hizo una mención a lo problemático en que puede convertirse el verano para los perros: “Las mascotas por las altas temperaturas pueden sufrir golpes de calor que podría traer aparejada distintas patologías, incluso algunas mortales. Para evitar esto, es fundamental no realizar ejercicios o paseos en horas de elevadas temperaturas o de máxima exposición solar. Dejar a los animales resguardados en lugares ventilados y con agua a disposición. Los dueños de perros de raza braquicefálica (boxer, pug, bulldog francés e inglés) deben estar muy pendientes porque son los que más sufren esta contingencia”.

La etología como complemento y el estrés animal

La etología es la rama de la biología y de la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales en sus medios naturales, en situación de libertad o en condiciones de laboratorio, aunque son más conocidos los estudios de campo. Una suerte de “vuelta de rosca” más que válida al ejercicio de la veterinaria que también tiene sus adeptos en la ciudad.

Uno de ellos es el médico Juan Cruz Rossetti (MP: 11.540), quien además está siempre presto a acudir a los domicilios para llevar adelante desde vacunaciones, pasando por ecografías, hasta cirugías con posibilidad de traslado. Y se especializa en la mencionada disciplina tan apasionante como desconocida por una inmensa porción de la población.

Frente al grabador de La Brújula 24 se mostró didáctico y trató de poner en palabras su labor poniendo el foco en los sentimientos del animal: “Al momento de decidir si llevar o no a la mascota de vacaciones lo que debemos tener en cuenta es realizar una evaluación del lugar físico donde vamos a estar, sabiendo que lo que puede ocurrir es algún accidente o que se escape. Muchas veces la gente dice ‘nos llevamos el perro a un viaje de dos horas’ y si nunca anduvo en auto pueden surgir complicaciones en cuanto al acostumbramiento, lo que hace que la pasen mal tanto él como la familia”.

“Lo que no se puede negociar es el hecho de brindar las condiciones sanitarias adecuadas, mucho cuidado con los cambios de temperatura. Muchas veces, la gente se apoya en el sentimentalismo y se acuerda ahora de buscar una guardería, que en ocasiones suelen ser espacios donde es vital generar un acostumbramiento lento, como ocurre con los niños cuando comienzan con la educación inicial que no se queda solo desde el primer día. La mascota debe tomar ese espacio como positivo para que no se estrese más”, describió Rosseti, aportando claridad frente al sinfín de interrogantes que usualmente surgen.

“Para definir si llevar o no a nuestro perro a un lugar turístico es necesario poner en la balanza la exposición que tenga al ambiente y lo acostumbrado que esté a salir de su zona de confort”

Con relación a las fallas que solemos cometer los humanos, uno de los pocos etólogos de la ciudad trazó un análisis certero: “Si bien el perro es un animal gregario al que le gusta cambiar de ambiente, muchas veces las inestabilidades las genera el propietario. Lo que inquieta al momento de llevarlo de vacaciones son los accidentes o las pérdidas porque, si bien uno puede tener la certeza de que un perro no se escapa de su casa, una ventana más baja o sin reja, o bien se lastima estando adentro y ese período de descanso se transforma en un viaje traumático”.

Cerrado este tópico, se zambulló en otro aspecto crucial en la proximidad de Navidad y Año Nuevo, con argumentos sólidos que para el común de la población podrían causar sorpresa: “Con relación a la pirotecnia y los ruidos, con cada manifestación clínica de temor que no tenga una justificación desde lo racional, toda conducta hay que ignorarla. Lo que hace la gente es que ante el primer estruendo, se acerca al perro e intenta calmarlo, dándole cariño en un momento de debilidad. De esa forma, nosotros estamos enseñándole en forma inconsciente a que el sonido es algo negativo. Lo que se recomienda, por más duro y cruel que parezca, es restarle importancia. Si la mascota detecta que nosotros estamos seguros, tranquilos y no es nada grave”.

“El comportamiento humano se va reforzando con el paso de los años y ante las habituales explosiones de la llegada de las Fiestas, la gente abraza al perro, lo refugia en el baño o en una habitación con música. Y para ser más gráfico, vale aportar un ejemplo: si voy con mi nena a una plaza, ella se tropieza y llora por un golpe leve, yo no llamo a la ambulancia; le limpio la rodilla y le digo que siga jugando. Esto vale para nuestras mascotas que, siempre buscan una respuesta por parte del propietario, sea accediendo a lo que intentan pedir, o bien recibiendo una reprimenda”, añadió.

Por último, Rossetti explicó que “hay muchas formas de habituar al perro al sonido, lo ideal es hacerlo gradualmente. En cuanto a la pirotecnia es muy difícil. Pero claro está que con la administración de ansiolíticos, que en muchos casos suelen ser suministradas desde el mismo pastillero que utiliza su dueño, debe contemplar la correcta ingesta de las dosis para evitar daños aún mayores. Las gotas en muchos casos no funcionan, pero existen otras alternativas porque no todos pueden afrontar la misma terapia. Si la mascota ya tiene una patología previa de ansiedad, se sugiere que comience con la medicación antes del 24 y el 31 para generar un acostumbramiento y ver su respuesta”.

Cuál es el rol del municipio

Desde el área de Fiscalización se trata, denodadamente y hace años, la problemática de la venta libre de pirotecnia, la cual no está permitida en Bahía Blanca a partir de la Ordenanza Municipal Nro. 11252, en la que se prohíbe la fabricación, tenencia, guarda, acopio, depósito, venta o cualquier otra modalidad de comercialización mayorista o minorista y el uso particular de dichos elementos.

Este medio contactó al responsable de la repartición pública comunal encargada de controlar que se cumpla la norma, José Luis Montanaro, quien hizo un somero repaso de la tarea que se intensifica en estos días y que permitirá, en caso de ser exitosa, un mejor pasar para las mascotas.

José Luis Montanaro (Foto: Pablo Noir – La Brújula 24).

“Hace más de dos semanas que comenzamos a visitar comercios en los que en años anteriores ha habido venta de pirotecnia. En paralelo, hay dos administrativas que están determinando en redes sociales cuáles son los posibles lugares donde se ofrecen clandestinamente, porque como todos ya saben en la faz oficial no se consiguen estos productos”, mencionó Montanaro, rompiendo el hielo de la conversación.

“Se produjo una migración de esta actividad a casas de familia y distintos soportes de Internet que hasta incluye el envío a domicilio para despertar menos sospechas”

Y fue aún más allá: “Lo que hacemos es tratar de establecer, mediante una investigación y a través de una discreta vigilancia, algún tipo de prueba para solicitar una orden de allanamiento en la Justicia. Obviamente, también se controla el uso de la pirotecnia, tanto en Navidad como en Año Nuevo con una comisión que sale exclusivamente a esos efectos porque es algo complicado de constatar en el momento que se está utilizando el material que está prohibido por Ley”.

“Y recibimos reclamos al 109 y difundimos spots a través del municipio y con la Mesa de Protección Animal, con la que trabajamos codo a codo en esta problemática. Los estruendos no solo afectan a los animales, sino que también observamos los daños que ocasionan en personas mayores, con discapacidad y en niños con autismo”, concluyó el funcionario municipal.

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