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columna semanal

Rafael Emilio Santiago y el consejo que recibió antes de leer a Borges

En el marco de su habitual columna de los viernes, el reconocido periodista Rafael Emilio Santiago compartió en la mesa de café con Germán Sasso, una amena reflexión, con sus acostumbradas pinceladas cargadas de brillantez en LA BRÚJULA 24.

La Brújula 24 FM 93.1 · LB24 Escuchá A Rafael Emilio Santiago

Aquí, un resumen de su relato

“En la página 168 de Vivir para Contarla, García Marquez contó que cuando leyó Las Mil y Una Noches aprendió que solo deberían leerse los libros que nos fuerzan a releerlos. Me parece un consejo estupendo pero difícil de practicar. Existe un atajo no tan simple que es contar con un asesor confiable que te marque el camino”.

“Tiempo atrás conocí en Bahía a Nestor Otero que tenía una agencia de viajes pero además era un entendido apasionado de Jorge Luis Borges. Incluso estuvo relacionado con María Kodama a quien tal vez presentó una vez en la ciudad. En una cena en la Unión Vasca, Otero me sugirió que para leer a Borges era indicado un cierto orden, una iniciación gradual y sencilla”.

“Y me regaló, con su enorme gentileza y una exagerada dedicatoria, el libro Historia Universal de la Infamia, que para él era el punto de partida. Aquella recopilación para Borges era una simpleza. Recuerdo un cuento corto de un tipo al que mataron en la calle, el único testigo involuntario era un gato. Borges explicaba que ‘desconocedor feliz de la muerte, un gato de lo más ordinario lo rondaba con cierta perplejidad’. Nunca vi un gato perplejo, pero el estilo estaba más o menos a mano. Él lo definía barroco”. 

“En el caso de un lector común como uno, graduar el arribo a ciertos autores para no estrellarse con prosas muy elevadas o no tener un choque de estilos. Alcancé a entenderlo cuando después de leer a varias creaciones del propio García Márquez, volví a encarar a Hemingway, a quien respeté mucho porque escribía sobre cosas que pudo vivir, como Horacio Quiroga, aunque con cosas más fuertes. Y lo hacía como un corresponsal, o un periodista, de manera simple. Sin que le reste valor a su narración. Luego, cada lector elige”.

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