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INFORME ESPECIAL

Taxis 2020: "volanteando" la pandemia

Es un rubro histórico y lleno de ricas historias. Y también de las malas, lógico. El coronavirus hizo que todo cambie y la situación es desesperante. Referentes y protagonistas de Bahía explican el presente del sector.

Por Juan Tucat, redacción La Brújula 24
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Historias las hay por miles. Y anécdotas que los involucren también. Sin lugar a dudas, los taxistas han sabido ocupar, a fuerza de trabajo y muchas horas de manejo, un lugar de referencia en el imaginario colectivo de todo el país.

Pero como se sabe, el 2020 lo cambió todo. Si bien el bendito coronavirus había nacido algunos meses antes, en una tierra lejana, lo cierto que hizo estragos en la Argentina desde fines de marzo, principios de abril, cuando no hubo más remedio que encerrarse para intentar evitar su avance.

Fueron esos primeros meses cuando el miedo, la incertidumbre y hasta la paranoia se apoderaron de la escena, porque nadie sabía lo que iba a pasar. Y la economía tuvo que hacerse a un lado. No importaba otra cosa.

De ahí en más, los que pudieron se reinventaron, le buscaron la vuelta. O aguantaron como pudieron, esperando que la tormenta pase. ¿Pero qué pasó con los taxistas? En las calles están, vestidos de blanco en el caso de Bahía Blanca, como siempre. En este informe especial de LA BRÚJULA 24 te lo contamos.

Lo estrictamente informativo se remonta a los primeros días de octubre. Lo último por llamarlo de alguna manera. Y eso tiene que ver con que el Concejo Deliberante aprobó por unanimidad una suba de tarifa, en un 20%. De acuerdo a lo establecido en ese momento, la bajada de bandera pasó a costar $75,30 (estaba 62,75) y la ficha cada 100 metros recorridos $5,45 (estaba 4,50).

Ahora bien, la pregunta sería qué opinan los protagonistas. Y por eso este medio tomó contacto con ellos. En representación de la Cámara de Taxis y Remises,  Roberto De Barrenechea señaló que “nosotros, hace un poco más de tres años que estamos agrupados, nos unió el espanto en ese momento, pero gracias a Dios estamos trabajando bien. Hoy somos más de 500 afiliados”.

Consultado respecto del panorama actual del rubro, explicó que “estamos a un 50% de lo que era antes de la pandemia, que tuvo un impacto muy fuerte al principio, cuando la actividad se vino abajo completamente”.

Y agregó: “Las perspectivas son diversas, en el sentido de que esto pasa también por la política. Hay muchos problemas con el Gobierno, que anda a los manotazos para poder seguir en pie. No sabemos lo que va a pasar en este país".

"Yo creo que si llegamos a diciembre, como quien dice, después se irá encaminando la cosa”.

Además, De Barrenechea se refirió a un punto clave que hizo mermar de manera rotunda la actividad: la nula nocturnidad, que según sus propias palabras “hoy no existe”. “Los choferes van subsistiendo con el ATP que paga el Estado y lo poco que vamos recaudando. Los más afectados somos los titulares, porque el chofer figura como empleado, al cual le pagás un sueldo, y ellos trabajan a destajo por un 30% de la recaudación”.

Por su parte, Rodolfo Arce, del sindicato de Peones de Taxis Bahía Blanca, le contó a este medio que “nosotros contamos con un promedio de más de 150 afiliados, y la actividad como es de público conocimiento viene pasando por un momento muy difícil en todo sentido”.

“En lo que va de pandemia se han perdido más de 200 puestos de trabajo, y venimos en baja”.

“La actividad ha mermado a niveles históricos, yo hace cuatro años que soy secretario general del gremio y vengo militando desde hace quince, pero nunca se vio algo así. Los peones de taxi lo han sufrido en primera persona”, manifestó con preocupación. Y en ese sentido, relató que “cada trabajador gana un porcentaje todos los días, por el convenio 436/06 que establece como norma básica que el peón se queda con el 30%. Por ende, depende de los viajes que haga y hoy no se hacen más de 5 o 6. El panorama es bastante negro para todos”.

“Desde que empezó la pandemia hemos estado trabajando con la Municipalidad para entregar ayuda alimentaria a los compañeros. Hay días de 2 o 3 viajes; así es imposible sostener a una familia”.

Para describir la situación, Arce comentó que cada jornada laboral de un taxista oscila entre las 10 y 12 horas. Por eso, en tiempos como los actuales, a veces pasan muchas horas en el auto sin siquiera levantar un pasajero. Y eso, expuso, resulta muy desgastante. “A veces estás todo un día en el auto para que ni siquiera te alcance para comer, eso es lo más grave”.  

Y habló también de las tarifas. “Vienen demoradas por los aumentos de combustibles. Si bien es una necesidad para nuestro empleador, que tiene que darle mantenimiento a la unidad, sabemos que cualquier suba para el consumidor es también un impedimento para continuar tomando taxi, pero es inevitable, los autos hay que mantenerlos y el desgaste es continuo”.

Cabe destacar, en este punto de la crónica, que tanto Arce como De Barrenechea comparten la negativa a siquiera pensar en la llegada de la aplicación UBER a Bahía Blanca. “Es ilegal, no cumple con las normas de seguridad que tiene que tener un vehículo para transporte de pasajeros”, indicó el primero de los mencionados en este párrafo, quien además dijo que “sería imposible que funcione acá porque el transporte ilegal que ya existe supera la cantidad de taxis habilitados”.

Y De Barrenechea, por su parte, aseveró que “Bahía es una ciudad chica, honestamente no creo que les convenga económicamente. Por  ahora no existe nada de eso”. Contundente.

Testimonios

A modo de ejemplo de lo ya expuesto en esta crónica, contamos con la palabra de algunos taxistas que, como pueden, siguen trabajando arriba del auto en este particular 2020. Es importante mencionar que en todos los casos, sacando contados detalles que tienen que ver con lo personal de los entrevistados, las opiniones son similares.

Por eso es que se hizo una selección. Y ahí es donde nos encontramos con Mariano Matoso. “Hace 11 años que estoy en el taxi, y la realidad es que hoy por hoy está demasiado tranquilo, como todo. Yo ahora  tengo la parada en la Terminal –de ómnibus-, pero está cerrada y eso nos perjudica bastante porque tenemos que esperar que entre algún viaje por sistema”.

“El taxi para mí es un buen trabajo porque conocés gente de todo tipo y hacés amigos. Además, dentro de todo, hay compañerismo”.

Y Mariano, también, tuvo que poner en acción su inventiva y, al igual que otro informe publicado un tiempo atrás por LA BRÚJULA 24, “reiventarse”. “Me estoy dedicando a reparar reposeras y a fin de año voy a dejar el taxi hasta ver qué pasa. Con esto de la pandemia no alcanza y con las reposeras vengo relativamente bien, me voy a dedicar de lleno a eso. Más adelante Dios dirá”.

Juan Garreton, por su parte, para habitualmente en la Plaza Rivadavia. Y en su caso, hace 12 años que trabaja como taxista. “Es un buen trabajo, aunque tiene algunos manejos raros en el medio. En etapas buenas el taxi le da de comer a cuatro familias: el titular, el inquilino y los choferes”.

“Hoy le metemos 12 horas por día a cambio de poco dinero. Yo por mi parte conseguí un buen acuerdo patronal, pero hay compañeros que no la están pasando bien".

"Además, los titulares se creen que son eternos y son como concesiones”, dijo.

Por último, la palabra de Darío Montanari. "Tengo 26 años en esto, y hoy trabajo en Bahía Taxi, por eso no estoy en una parada. La pandemia nos ha golpeado de una manera tremenda, ya que somos lo primero que se descarta a la hora de ahorrar".

"La gente hace un esfuerzo tremendo, pero uno nota que no pueden. El bahiense tiene la particularidad de que cuando tiene plata, gasta. Pero eso es justamente lo que no está pasando", contó.

"Cuando el taxi anda bien es porque la ciudad anda muy bien, es un termómetro fenomenal".

En ese mismo sentido, Darío señaló que "es verdad que mucha gente se ha quedado sin trabajo, yo tengo varios clientes a los que no voy a buscar más por esa razón".

"El tema no es que el taxi está caro, como he escuchado varias veces. Acá los costos para mantener el auto son otros, y la tarifa siempre va de acuerdo a esas cosas también. Pero bueno, realmente no la estamos pasando bien, le metemos hasta 14 horas por turno, hay que andar y recorrer. Se complica".

Y así podríamos seguir, enumerando testimonios de trabajadores del volante que, a duras penas, van sorteando la pandemia y sus complicaciones. Rubro histórico por donde se lo mire, lleno de historias como se mencionó al inicio de este informe, pero que hoy lucha para subsistir.

Golpeados, cansados, intrigados. Pero los taxistas igual van, mirando siempre hacia adelante.

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