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Tragedia aérea en Esquel

“Mi hermano hacía un trabajo extraordinario salvando vidas”

Desde California (Estados Unidos), Sebastián Bassi recordó a Federico, el médico bahiense que viajaba en el vuelo sanitario que se estrelló anoche.

Sebastián Bassi jamás se imaginó que una reunión familiar por Zoom, con motivo del cumpleaños de su mamá Graciela, sería la última vez que vería con vida a su hermano Federico, el médico bahiense de 44 años que ayer falleció en el trágico accidente del avión sanitario modelo Learjet 35, matrícula LV-BXU, que se estrelló poco antes de las 23 del martes en las inmediaciones del aeropuerto de Esquel.

“Anoche nos mandó un mensaje. Él se enteraba sobre la hora cuando tenía un operativo porque habitualmente eran cuestiones de emergencia. ´Familia, en un rato viajo a Esquel´, nos escribió un ratito antes de partir en el grupo familiar”, reconoció esta tarde Sebastián, directamente desde California (Estados Unidos), en comunicación con el programa Nunca es tarde de LA BRÚJULA 24.

Sebastián y Federico son hijos de Graciela y Oscar Bassi, una pareja que se mudó a nuestra ciudad en la década de 1980. Ambos hicieron sus estudios primarios y secundarios en Bahía y luego decidieron continuar en Buenos Aires.

“Él estudio medicina y cuando se recibió, trabajó a bordo de una ambulancia, como médico de guardia. Después se especializó como cardiólogo y aeroevacuador y esto último era lo que hacía últimamente”, explicó Sebastián.

Desde hace 15 años, el médico bahiense ejercía como cardiólogo de la Unidad Coronaria del Sanatorio Modelo de Quilmes y desde el 2007 también se desenvolvía en el Hospital Argerich.

“Mi hermano hacía un trabajo extraordinario salvando vidas. Para él era algo normal, porque lo hacía todos los días, pero realmente era algo fuera de lo común”, dijo.

Además de su pasión por la medicina, a Bassi también le fascinaba volar. Fue así que obtuvo un grado en Evacuación Aeromédica en el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial.

“Viajó varias a veces a Estados Unidos, a Europa, a Panamá. Y una vez llegó a realizar una aeroevacuación médica en la Isla de Mauricio. Creo que ese fue su lugar más extraño. El servicio de su empresa era contratado por los seguros médicos de viajeros internacionales”, recordó su hermano.

El médico estaba en pareja y tenía un hijo de 7 años, Benjamín, producto de una relación anterior.

Bassi, al igual que los otros tres tripulantes del trágico vuelo, formaba parte de la empresa MD Fly, una compañía que brinda el servicio de Ambulancias Aéreas y Escolta Médica en el país desde 1995.

A su lado en el vuelo viajaba Patricio Walmsley, un enfermero que a lo largo del tiempo se convirtió en una suerte de eminencia entre la Aeroevacuación médica argentina. Su espíritu solidario y sus labores con niños en zonas de guerra de diferentes partes del mundo le habían dado una experiencia que pocos colegas tenían en el país.

Walmsley era enfermero aeroevacuador desde 2009. Con el pasar del tiempo se especializó en enfermería pediátrica. Entre 2013 y 2018 formó parte de las organizaciones Médicos Sin Fronteras y Save The Children y trabajó en zonas como Haití, República Centroafricana, Níger, República Democrática del Congo. También trabajó dos años como enfermero supervisor clínico de la Unidad de Salud de Emergencia de Save The Children en Reino Unido. Así y todo y pudiendo radicarse en Inglaterra, decidió regresar a su país.

El martes por la tarde, fue el propio Walmsley quien asumió la guardia para viajar a Esquel a asistir en el traslado de una pequeña niña de 3 años que debía viajar hacia Buenos Aires. Él tomó el viaje entre los tres enfermeros posibles.

De manera paradójica, a las 20:09 del martes, unos pocos minutos después de que el avión Learjet 35 haya despegado del aeropuerto de San Fernando, el enfermero subió una foto a su estado de Whatsapp. “Sanitario a Esquel”, rezaba la leyenda y detrás había una foto suya, dentro de la avioneta y con el barbijo puesto. Es su última imagen con vida.

El estado de Whatsapp de Patricio Walmsley en la noche del martes, ya arriba del avión en el que perdería la vida apenas unas horas después
El estado de Whatsapp de Patricio Walmsley en la noche del martes, ya arriba del avión en el que perdería la vida apenas unas horas después

Mariano La Torre tiene 33 años y acumula más de diez años de experiencia como piloto. Precísamente, es el hijo de Gustavo La Torre, quien es el actual Director Médico de la empresa MD Fly.

Según informó Sergio Cardozo, el director del Hospital de Chubut, el piloto se encuentra internado en estado muy grave: “Tiene el 50% del cuerpo quemado, fracturas de columna cervical y dos vértebras, traumatismo de tórax, fractura en el esternón, contusión pulmonar y hematomas al nivel del intestino. Actualmente está en el quirófano, en estado crítico”, fueron las palabras de la autoridad del Centro de Salud.

El copiloto de la aeronave es Angel Martín Gamboa, de 50 años, quien después de cumplir los 40 decidió abandonar su carrera como agente de ventas para dedicarse a su pasión de la aviación. En 2011 se recibió como piloto y entre 2012 y 2018 fue instructor en la Escuela de Vuelo Fly Tango. Precisamente, desde el mismo 2018 forma parte de la empresa MD Fly.

Según informaron desde el hospital de Esquel, su estado de salud es el menos comprometido de los dos sobrevivientes. Sufrió una fractura en el esternón con una fuerte contusión pulmonar.

Los cuatro tripulantes del avión sanitario viajaban a Esquel para efectuar el traslado de una niña llamada Jazmin Amelie Serna Torres, de solo 3 años. La pequeña padece un edema pulmonar y también tiene un problema cardíaco congénito e hidrocefalia. Fue operada a los cinco meses de su nacimiento y viaja periódicamente a Buenos Aires para recibir atención médica.

Aún se desconocen los motivos exactos del accidente, los cuales están sometidos a un proceso de investigación por parte de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST). Hasta el momento, en lo que todos coinciden es que la visibilidad en las inmediaciones del aeropuerto de Esquel era nula.

“Según el informe que pudimos ver del Metar (Sistema Meteorológico Aeronáutico de Rutina), la visibilidad a la hora del aterrizaje era inferior a los 100 metros debido a la niebla”, explicó una fuente que prefirió mantener su identidad en reserva.

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(Fuente: La Brújula 24 e Infobae)

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