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Historias en cuarentena

Es bahiense, está preso en Trenque Lauquen y conoció a su hija por videoconferencia

Maximiliano, de 30 años, fue papá de Zoe Abigail el pasado martes y el jueves la pudo ver, junto a su mamá, a través de una pantalla.

Maximiliano tiene 30 años, es oriundo de Bahía Blanca y en la actualidad se encuentra alojado en la cárcel de Trenque Lauquen, donde transita el último tramo de una condena por un robo.

En medio de la cuarentena preventiva y obligatoria, Maximiliano fue papá el martes pasado a la 1.30 de la madrugada cuando su pareja, Lucila, de 24 años, dio a luz una beba de 3,450 kilos en el Hospital Penna.

Con la suspensión de las visitas, la ansiedad y la desesperanza había embargado a Maximiliano, pero de la mano de la tecnología el hombre pudo conocer a su hijita, Zoe Abigail, y hasta ver como la madre la amamantaba.

El encuentro entre Lucila, Zoe y Maximiliano ocurrió el último jueves a las 11 de la mañana mediante una videoconferencia que duró media hora. La conexión se pudo efectuar gracias a que en la Unidad 20 de Trenque Lauquen se instaló la semana pasada una plataforma que permite comunicaciones audiovisuales de las personas privadas de la libertad con sus familiares, quienes deben bajar una aplicación en su teléfono móvil.

“Fue excelente. La pude ver bien a mi hija. Su rostro. Como amamantaba. Quedé muy satisfecho. Me hubiese gustado tenerla en los brazos, besarla, pero sé que estamos complicados con la pandemia”, afirmó Maximiliano.
Luego agregó que “para las personas privadas de la libertad las visitas de sus seres queridos son vitales. Pero con esta conexión me saqué la ansiedad”.

Zoe nació en un parto normal y ya está en su casa del barrio Nocito de Bahía Blanca. A ese domicilio va a ir a residir Maximiliano cuando cumpla su pena en nueve meses.

Un programa innovador


En una primera etapa el sistema de videoconferencias se implementó  en 18 penales del Servicio Penitenciario Bonaerense, incluyendo las cárceles de Villa Floresta y Saavedra.

Para comunicarse, los familiares de los privados de libertad debieron bajar una aplicación en sus celulares y desde la sala de videoconferencias del penal (que se utiliza para efectuar comparendos judiciales) se establecieron los contactos durante un tiempo promedio de 20 minutos.

El programa fue impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y sirve de apoyo al Protocolo de Contención Psicológica.

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