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incluye a la cárcel de villa floresta

Implementan videoconferencias para vincular a presos con sus familiares

En el marco de los efectos que provoca la pandemia del COVID-19 y el aislamiento social obligatorio se comenzó a implementar en el ámbito de las cárceles bonaerenses un novedoso sistema de videoconferencia para vincular a los privados de libertad con familiares que por razones de pertenecer al grupo de riesgo o por vivir en ciudades alejadas han pasado mucho tiempo sin contacto con los detenidos.

En una primera etapa se implementó esta iniciativa en 15 penales del Servicio Penitenciario Bonaerense y en los próximos días se agregarán otras tres. Desde este viernes los privados de libertad pudieron mantener comunicaciones con sus seres queridos, y de esta manera suplir de la mano de la tecnología la suspensión de las visitas a los penales debido a la cuarentena por el Coronavirus.

De esta primera experiencia participaron internos de cárceles de Olmos, La Plata, Batán, Florencio Varela, Campana, Dolores, La Matanza, General Alvear, Bárker, Bahía Blanca, Saavedra, Junín, Trenque Lauquen, San Nicolás y Sierra Chica. En los próximos días se sumarán penales de San Martín, Urdampilleta y Magdalena.

Entre los contactos más significativos se destaca el que logró tener un interno alojado en la Unidad 13 Junín con dos de sus hijos que cumplen una cuarentena en Italia, o el de un detenido de la cárcel de Bárker, quien pudo hablar con su madre, la que padece Coronavirus y se recupera en su domicilio.

Al respecto, el Jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense, Xavier Areses, destacó la iniciativa como “histórica e inédita” y agradeció al personal penitenciario por el compromiso laboral y la adaptabilidad que muestran con los cambios que hemos tomado ante esta crisis sanitaria.

La selección de los privados de libertad que participaron de las videoconferencias fueron realizadas por los profesionales del área de asistencia social de las Unidades Penales desde donde se contemplaron las dificultades de salud de los familiares de los internos o el periodo extenso de tiempo sin visitas por las largas distancias que debieron transitar por vivir en localidades alejadas a las cárceles.

Para comunicarse, los familiares de los privados de libertad debieron bajar una aplicación en sus celulares y desde la sala de videoconferencias del penal (que se utiliza para efectuar comparendos judiciales) se establecieron los contactos durante un tiempo promedio de 20 minutos.

El programa fue impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y sirve de apoyo al Protocolo de Contención Psicológica, donde los especialistas indicaron que algunas de las respuestas esperables ante la crisis sanitaria pueden ser miedo intenso, ansiedad, angustia, pánico, temor al contagio, indefensión, incertidumbre, irritabilidad y enojo, así como también recuerdos de vivencias traumáticas anteriores, falta de concentración y dificultades para conciliar el sueño, por lo que el mantenimiento del vínculo con sus familiares contrarresta las disfunciones mencionadas.

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