WhatsApp de Publicidad
Seguinos

crimen de la verdulera

“Mi hija quedó en medio de un ajuste de cuentas narco”

El papá de Sandra Arbilla afirma que el dueño del local alteró la escena del crimen, simulando un robo. Y añadió: “Él sabe muy bien qué ocurrió”.

Roberto Arbilla visitó esta mañana los estudios de LA BRÚJULA 24.

Roberto es el papá de Sandra Arbilla, la mujer que durante la tarde del sábado 17 de febrero de 2018 fue brutalmente asesinada mientras trabajaba en una verdulería. Y, a partir de allí, su vida cambió.

La búsqueda de la verdad y el paso del tiempo fueron por sendas diferentes porque con el correr de los meses, cada vez resulta más complejo para la Justicia dilucidar qué pasó aquel día del cual transcurrieron más de dos años.

Sin embargo, él tiene en claro qué pasó: “Mi hija quedó en medio de un ajuste de cuentas narco”, sostuvo, al tiempo que añadió que “está comprobado que su jefe, de apellido Fernández (trabaja en el Servicio Penitenciario), tenía una sociedad que vendía drogas y, luego de varias amenazas, la terminó ligando ella”.

“Aquella tarde, ella tenía que estar en otra verdulería y unos minutos antes de presentarse a trabajar la llamó su empleador para decirle que vaya a la de Don Bosco y Manuel Molina donde ocurrió el hecho”, sostuvo, en su visita a los estudios de LA BRÚJULA 24.

Sobre las dudas que sobrevuelan respecto a los instantes posteriores al femicidio, relató que “cuando llegué estaba toda la Policía, pero no estaba resguardada la escena, no había ningún perímetro y adentro estaba Fernández revolviendo todo con guantes puestos y en medio del charco de sangre donde estaba mi hija”.

Y lanzó: “El primer testigo que casualmente es amigo mío no vio nada de lo que yo vi, estaba todo acomodado. Alguien modificó el lugar para simular un robo, pero mi hija tenía al lado la billetera con mil pesos”.

“Cuando me vio se quedó helado, demostrando culpabilidad, estaba haciendo cosas que no debe hacer. Si a mi me pasa algo así, cierro el local y no abro nunca más”, enfatizó en su charla con el periodista Germán Sasso, al tiempo que añadió la siguiente aseveración: “Yo no digo que el asesino haya sido él, pero me juego la vida de que sabe qué ocurrió. Alguien va a tener que pagar, no puede quedar así”.

Y cerró recordando un momento puntual, posterior al crimen: “Un domingo fui a hablar con el dueño de la verdulería y él me dijo: ‘mi familia tiene mucho miedo, mi hija tiene miedo que la maten’. A lo que pensé que muy limpio no debe estar”.

Arbilla tenía 31 años cuando fue atacada a cuchillazos en Don Bosco y Manuel Molina en la que trabajaba. Recibió entre 25 y 30 puñaladas. Dos días después, falleció en el Hospital Municipal.

Lo más leído