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se dijo en la brújula 24

“Cuando el juego deja de ser una diversión y se convierte en adicción es peligroso”

Una psicóloga que integra el organismo provincial que lucha contra la ludopatía describió la conducta del apostador compulsivo. Y señaló: “Llegar antes es clave”.

Las deudas se convierten en el principal tormento de los apostadores compulsivos.

La red de asistencia al juego compulsivo de la Provincia de Buenos Aires expuso en los últimos días una preocupante estadística en la que se detalla que dos personas por día piden ayuda para salir de la adicción al juego.

Al respecto, la psicóloga coordinadora general del Programa de Prevencion y Asistencia al flagelo que afecta a miles de personas, Andrea Romano, explicó en LA BRÚJULA 24 qué tarea vienen desarrollando en Bahía Blanca.

“Somos un programa que tenemos un teléfono (0800-4444000) en el cual recibimos pedidos de ayuda, con unos 100 llamados mensuales. Atendemos de 9 a 20, de lunes a viernes y se comunican aquellos que tienen problemas con el juego, a veces incluso algún familiar desesperado”, explicó la profesional en el comienzo de la entrevista radial.

Y reveló que el primer contacto se da “cuando estas personas tienen muchísimas deudas y están con la soga al cuello. Lo que intentamos desde 2005 es prevenir y asistir, viendo que nos llaman cuando se gastó la plata que tenía destinada para otras cosa, la idea es llegar antes de que se constituya en un problema aún más grave”.

“Incluso en muchos casos ocurre que acuden a prestamistas. Eso los involucra en situaciones impensadas. La asistencia psicológica es fundamental a la familia que viene enojada con estas personas que vaciaron las cuentas del banco para jugárselo. Nuestra labor están en recibir a las personas, contenerlas con psicólogos que hacen trabajos grupales”, sostuvo en su charla con el periodista Germán Sasso.

Y sobre un aspecto vital al momento de prestar ayuda, resaltó: “Llegar antes es clave para nosotros. Nosotros tenemos un centro en Casanova 37 que han hecho varios talleres en las escuelas. Jugar en sí no es malo, pero cuando se trata de apuestas, se puede llegar a convertir en un problema para quienes viven una situación vulnerable y creen encontrar allí la solución. Generalmente tienen un pensamiento mágico exacerbado, pensando que se van a salvar. Cuando el juego se vuelve una necesidad podemos ayudar y cuando no lo pueden controlar se convierte en adicción”.

“Cuando deja de ser una diversión y se ve en los rostros de quienes juegan en el Bingo por ejemplo, se pierde la satisfacción y es ahí donde se genera un alerta para buscar ayuda. Se vuelve un círculo del cual no pueden salir y cada vez están peor, con deudas. Recuerdo el caso de una señora que le sacaba la plata del ratón Pérez al sobrino. Se llega al punto de la comisión de delitos”, contó con relación a la tarea que llevan a cabo a través de un convenio entre el Ministerio de Salud y la Lotería de la Provincia.

En cuanto al diagóstico inicial, Romano consideró que “lo primero es tratar de comprender que la persona está sufriendo. Hacerle saber que no está sola y que es una enfermedad que se puede afrontar y superar. Además, se le sugiere en primera medida que acuda a una asistencia profesional. Nosotros tenemos el grupo de inicio donde se trata de que la persona deje de manejar dinero. A veces la familia ayuda, y otras veces no por el enojo. Es ahí donde es vital la labor del grupo y los profesionales”.

“Está aquel que necesita entrevistas individuales. La conciencia de enfermedad muchas veces se niega. Para eso están los profesionales que llevan años de experiencia. El primer paso es aceptar que uno está metido en un problema y que no se resuelve con seguir jugando para recuperar la plata perdida. Inicialmente la abstinencia es importante, sabiendo que puede existir una recaída”, enfatizó.

Por último, la psicóloga explicó que la ludopatía “es una adicción en el comportamiento, como aquel que es comprador compulsivo o el obsesivo de los ejercicios físicos. Afecta todos los vínculos. A veces hasta el jefe percibe que su empleado pide adelantos de sueldo para jugar. Y es muy frecuente que sea motivo de conflictos de pareja y separaciones”.

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