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Justicia, sentido común y una condena ejemplar

Todo sobre el fallo contra el autor de las amenazas a periodistas de La Brújula 24. Además, en esta imperdible edición, perlitas de la visita de Axel Kicillof a Bahía, un multitudinario asado radical. Y mucho más…

Sentido común

A comienzos de la semana pasada, la Cámara de Apelaciones condenó a tres años a Pablo Javier Herold, el tristemente célebre sujeto que amenazaba a los periodistas de La Brújula 24, revocando el fallo de primera instancia y desestimando el argumento de la defensa que minimizaba el episodio, afirmando que todo había sido tan solo “una broma de mal gusto”.

Los jueces Pablo Hernán Soumoulou y Gustavo Ángel Barbieri dejaron sin efecto la resolución de la magistrada Susana González La Riva, quien tiempo atrás había absuelto a Herold de culpa y cargo.

La propia González La Riva había considerado que frases tales como “la calle está jodida y todos tenemos familia”, “la cortan con el tema o se las van a ver negra” o “tienen que tener cuidado a quien denuncian” no tenían un tinte intimidatorio, que no eran delito.

Enmarcado en ese contexto, cuál sería la reacción de la jueza si fuera ella la destinataria de las intimidaciones realizadas desde un teléfono con un chip adquirido especialmente para realizar las llamadas. Serían amenazas acá y en la China. Y obviamente repudiable y condenable.

Celebramos que existan jueces que apliquen el derecho, pero también la más elemental sensatez, muchas veces ausente, tal como demuestra el fallo de La Riva, quien dejó en evidencia que el sentido común, en ocasiones, suele ser el menos común de los sentidos.

Los chorizos de Axel

El candidato a gobernador por el Frente de Todos, Axel Kicillof, estuvo la semana pasada de visita fugaz por Bahía. Como él mismo bromeó mientras que daba una rueda de prensa en el Hotel Argos, no vino en auto, sino en avión, “porque no está prohibido. Venir en auto por un día no es lógico”.

Cuando terminó la conferencia, por supuesto, varias personas se le acercaron para sacarse una selfie. Pero uno en particular llamó la atención. Era un hombre alto, que usaba sombrero de cuero tipo cowboy, iba de camisa y con un pantalón gastado. Antes de que llegara Kicillof, los periodistas lo vieron en la vereda del Argos, con una bolsita de papel en la mano, esperando. Enseguida surgieron bromas sobre qué podía llevar ahí.

Bueno, resulta que lo que contenía la dichosa bolsa eran dos chorizos secos. “Me dijeron que la reunión era para la prensa, ¡pero cómo no iba a entrar! Te tenía que entregar esto”, le dijo efusivo al ex ministro que salía del salón de conferencias rodeado de candidatos, asesores, y fotógrafos. Incluso, no tuvo problemas en posar con los chorizos en la mano.

Aunque Indiscreta no pudo saber muy bien quién era esta persona, seguramente los acompañantes del candidato, y hasta él mismo, habrán disfrutado del producto que les regaló, ya que llegaron tan sobre la hora a Bahía que ni tiempo de comer una medialuna tuvieron.

Kiciloff estuvo acompañado casi todo el tiempo por Federico Susbielles y Marcelo Feliú. Pero sin dudas, su alter ego en Bahía y la región es una sola persona: Gabriel Godoy. El diputado y líder de la Campora ofició de guardia de hierro y punteó la agenda del visitante. Cada acción, bajo el monitoreo de Máximo Kirchner.

Susbielles se dispone a encarar los últimos 15 días. Prepara nuevos spots para redes y trabaja para “tirar toda la carne a la parrilla” en la última semana. “Alguna sorpresa tenemos”, comentan en su entorno. En paralelo, como el resto de los candidatos, estudia el discurso para el “debate” de la UNS y duda en aceptar alguna otra invitación para cruzarse con Gay en un medio de comunicación.

Asado radical

“Hacía rato que no veía el Comité tan lleno”, comentó a Bahía Indiscreta uno de los boinas blancas que asistió al asado que se realizó el pasado viernes en calle Donado. “Éramos más de doscientos. Había mesas y sillas hasta la puerta de salida”.

Allí estuvo el intendente Gay, acompañado en su mesa por los pilares de la coalición oficialista: Andrés De Leo de la Coalición Cívica, Roque Cvitanovich del pichettismo, y, por supuesto, el presidente radical, Emiliano Álvarez Porte. También disfrutaron de la cena el vicegobernador Daniel Salvador, el jefe de Gabinete del Municipio, Cesar Tomassi, el presidente del Concejo, Nicolás Vitalini y los dirigentes Elisa Quartucci y Carlos Trejo. Un invitado especial de esa mesa fue el ex intendente Juan Carlos Cabirón, quien estaba feliz de ver a su hija Silvina como candidata a concejal.

Los radicales recibieron también las visitas de Emiliano Balbín y de Sebastián Salvador, candidato a diputado nacional. En otra mesa se los pudo ver al presidente de la Juventud Radical de la Provincia, Martín Borrazas, a los dirigentes Pablo Daguerre, Fabián Val, Raúl Matín y Gisela Caputo. No faltaron a la cena los históricos Juan Pedro Tunessi, Juan Pablo Baylac, Oreste Retta y Carlos Ocaña.

Una curiosidad es que los más jóvenes no hicieron, como es habitual en estas reuniones, el papel de mozos. “Se sentaron junto a los mayores como agradecimiento a su trabajo incesante en la campaña. Fue una decisión del presidente del partido”, comentaron.

A la hora del postre, que fue helado, llegaron los discursos. Álvarez Porte agradeció a las visitas por estar y a quienes trabajan para el equilibrio de fuerzas en la Coalición, haciendo referencia a Tomassi y Vitalini. También convocó a radicales “díscolos” a que “vuelvan a su casa”. El vicegobernador también tomó la palabra y les recordó a los radicales bahienses que hasta hace poco había solo peleas e internas en la UCR local, a tal punto que no podía ni venir de visita. Lo mismo hizo el intendente en su discurso, resaltando la unidad que hoy se ve en el centenario partido. Finalmente Gay les pidió un esfuerzo en el tramo final de la campaña “para que no vuelva el peronismo que tanto daño nos ha hecho”.

Por dos cabezas

No por una, por dos cabezas hace un tiempo fue noticia una ternera que nació con esta particularidad en un campo de Hilario Ascasubi. Este tipo de anormalidades se da bastante más a menudo de lo que la gente de la ciudad cree, pero lo raro de este caso es que el animalito en cuestión sobrevivió al parto, cosa que no pasa habitualmente. Luego, como era tristemente previsible, terminó muriendo. Para ese momento la noticia ya se había viralizado y estaba tomando trascendencia a nivel nacional.

Así fue como gente del Colegio de Veterinarios de la Facultad de La Plata se contactaron con el dueño del campo para hacerse con las cabezas de la ternera, obviamente para utilizarlas como objeto de estudios. Pero eso nunca ocurrió.

Bahía Indiscreta pudo saber que, luego de que las guardaran durante un mes, los dueños decidieron enterrarlas. Se ve que ya era un engorro mantenerlas lo más intactas posible. “Llamaron en dos o tres ocasiones. Estaban muy interesados. La verdad, lamentamos que no hayan podido quedárselas”.

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