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Argentina comenzó el Mundial con una clase magistral a Corea del Sur

Intenso, efectivo y contundente se mostró el equipo de Hernández en su debut para ganar 95-69. Jugó Redivo.

Argentina no tuvo mayores inconvenientes para ganar en el primer partido.

Argentina comenzó de manera brillante su participación en el Mundial, y Corea del Sur terminó siendo su víctima. Era un juego clave por todo lo que había suscitado la lesión de Campazzo en la semana, y en como reaccionaría el equipo sin su presencia. El bahiense Hernández apostó a iniciar con la dupla Laprovittola-Vildoza, generación de juego, control de balón y una primera línea defensiva para controlar a los tiradores coreanos.

Del cuarto inicial se puede rescatar a una Argentina firme atrás, protegiendo su propio tablero, pero con algunas dificultades en el ataque estacionado. La doble base le dio resultados a Hernández al principio, se limitó el tiro externo de Corea y se lo lastimó desde el perímetro con efectividad (3/3 triples). El problema fue el poste bajo, Argentina falló sus primeros 8 intentos cerca del aro, y los asiáticos se animaron impulsados por Ratliff, tanto que pasaron al frente con un doble de Kim Sun-Hyung (9-11). Con el ingreso de Campazzo se encontró más fluidez, y la sociedad Scola-Delía encontró finalmente la efectividad que Argentina estaba necesitando cerca del aro para cerrar en ventaja el capítulo inicial: 22-11.

Argentina cayó en un bache cuando mejor jugaba, especialmente atrás donde metió un cerrojo con el trabajo impecable de su mediacancha, principalmente de Garino con sus anticipos. Pero ese rendimiento no se pudo reflejar en el marcador por las falencias en ataque, donde apenas se anotó un punto en tres minutos. El ingreso de Gallizzi le permitió encontrar una alternativa en la pintura, se sumó Brussino contribuyendo de larga distancia, y cuando Campazzo calentó la mano con dos triples al hilo (36-22), llegó la calma y se encontró el camino para volver a despegarse en el partido para irse a vestuarios ganando 43-28.

Hernández salió a la segunda mitad con Campazzo y Lapro en la conducción, fórmula que fue suficiente para encontrar movilidad y espacios. Atrás se limitó a incomodar a Corea, que apostó todas sus ofensivas al oficio de Ratliff, la opción más confiable y regular de los asiáticos. Fue suficiente para terminar de dar el golpe, la ofensiva encontró una abrumadora efectividad, llegaron acciones que despertaron al público, y en cuestión de segundos la diferencia se hizo indescontable, tanto que el entrenador aprovechó para rotar el equipo mucho antes del final.

De esa manera pasó el debut, con muchas aristas positivas y para ver con optimismo el futuro. El equipo se mostró sólido en todas sus líneas, jugó con autoridad, tuvo variantes ofensivas y fue fiel a su gen de limitar las virtudes del adversario. Campazzo no solo jugó, sino que también fue el director de orquesta. Si lo pensamos, fue un gran paso adelante.

El escolta bahiense Redivo permaneció en cancha casi 7 minutos, en los que no anotó y terminó con 0-4 en tiros de campo –malogró los tres triples que lanzó–, bajó un rebote y entregó dos asistencias.

Mirá las jugadas principales del partido

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